Los primeros días del PitBull
Hace no muchos años, un perro tenía unas expectativas de vida que no superaban los diez o doce años. Actualmente, podemos encontrar en nuestros hogares encantadores y saludables ancianos que alcanzan una media de edad entre 15 y 17 años de edad. ¿Cómo hemos conseguido esto?. Principalmente cumpliendo las siguientes y fundamentales bases de una buena salud:
Higiene
Dentro de este marco no sólo se incluye la evidente higiene exterior de la piel, el pelo, los ojos, las orejas, los dientes…; en este apartado de higiene, una correcta educación conseguirá que nuestra mascota sea un ser integrado socialmente y por ello evite desgraciados accidentes, a sí mismo y al resto de los individuos. Dentro de la higiene, el juego y el ejercicio tienen un importante papel; nuestro animal necesita respirar aire puro, fortalecer sus articulaciones e interaccionar con todos los agentes externos (tanto saludables como patógenos) que el medio ambiente le propone. Uno de los mayores problemas que padece un animal en nuestra sociedad es el sedentarismo, algo que, por cierto, también afecta al propietario y que pueden evitar en feliz armonía mediante juegos y paseos en el exterior.
Alimentación
No nos cansaremos de remarcar la importancia de este punto como fuente de salud. Si la pauta responsable de aportar energía y nutrientes a nuestro amigo no es correcta, no podemos esperar que su vida sea sencilla y sana; lo más probable es que la inadecuada nutrición favorezca a corto, medio o largo plazo la aparición de patologías. Disponemos de la más variada gama de alimentos, en todas las presentaciones y de todas las marcas. Sólo debemos asesorarnos y seguir “al pie de la letra” las recomendaciones del profesional. Con este sencillo proceder pueden estar seguros de que nuestra mascota vivirá muchos años y con una estupenda calidad de vida.
Prevención
Todos tenemos grabada en nuestro cerebro una popular frase: “Más vale prevenir que curar”. Grabada, está grabada, pero qué poco la utilizamos. Un correcto calendario de vacunaciones y desparasitaciones evitará un gran número de patologías que afectan en muchos casos no sólo al animal, sino también al resto de la familia. Pero la prevención no es solamente vacunar y desparasitar; debemos tener presente la existencia de una gran variedad de programas preventivos que, coordinados por el profesional , conseguirán mejorar aún más el estado sanitario de nuestra mascota.